¿Cómo ayudar a desarrollar la autoestima en niños y adolescentes?

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La autoestima en niños y adolescentes aun está en construcción y sufre influencia de diferentes factores. En este articulo te explicamos cómo podemos ayudar en el buen desarrollo de la misma, pero antes es importante entender que significa este concepto.

La autoestima es definida como el valor positivo o negativo que se tiene de uno mismo. Es la calidad de la relación interna que se logra tener consigo mismo.

Se construye desde el nacimiento y se va fortaleciendo a lo largo de la vida. Es una necesidad humana básica que juega un rol importante en el desarrollo y la conducta.

Se relaciona con la imagen personal que se tiene de si y cómo percibimos que los demás nos ven.

La manera cómo nos sentimos con nosotros mismos y lo que pensamos de nosotros mismos es determinante en cómo actuamos ante el mundo.

Diferentes factores que influyen en la autoestima en niños y adolescentes.

El nivel de autoestima de un niño es determinado por varios factores, especialmente por su tipo de crianza, rasgos caracteriales, su entorno (relación con las figuras de apego: padres, familiares, educadores, medio social y cultural). Esta valoración que recibe de los demás lo “afectará por toda la vida”, influyendo en sus relaciones personales, laboral, social y su calidad de vida.

La IDENTIDAD se sostiene bajo la base de dos pilares fundamentales para su desarrollo: la auto-estima y el auto-concepto. Bajo estos dos factores, la identidad tomará una forma consciente en la persona, de acuerdo a como deseamos sentirnos y como queremos vernos.

Aprender a tener una buena relación consigo mismo empieza con las primeras relaciones que se ha tenido en la vida, con los padres y otras personas importantes. Aprendemos a través de estas relaciones, de acuerdo al trato que recibimos, a querernos y a cuidarnos.

El desarrollo del autoestima es variable de acuerdo con las experiencias vividas y con la etapa de vida en que se encuentra la persona. En la adolescencia se presenta de manera crítica e inestable.

Sin embargo, toda autoestima tiene un “lado oscuro” que se relaciona con el orgullo, la sobervia, el egosimo, la arrogancia, el narcisismo y sentimientos de superioridad, siendo lo más problable que en el fondo se tenga una autoestima dañada.

Una autoestima saludable es uno de los ingredientes más importantes de nuestro desarrollo personal y bienestar emocional.

También suele ser el indicador de que otros problemas necesitan de nuestra atención (depresión, ansiedad, estrés, traumas); por lo tanto, es algo por lo que debemos siempre estar atentos.

Autoestima Saludable

Autoestima no es cantidad, es la calidad de la relación que uno tiene consigo mismo. Cantidad no es lo más importante. No necesitamos buscar una autoestima “alta” con actitudes prepotentes.

Una buena autoestima está relacionada con el sentimiento de amor propio, de sentirse seguro, competente y valioso. Un niño con una autoestima saludable ha desarrollado una buena relación consigo mismo y como tal, sabe afrontar las dificultades y las frustraciones del vivir cotidiano, no se siente disminuido cuando necesita de ayuda, sabe pedir ayuda cuando es necesario.

Se relaciona bien con otros niños o personas. Tiene una comunicación adecuada y fluida.

Autoestima Frágil

La autoestima baja o frágil hace que el adolescente o niño no crean en sí mismo y en sus potencialidades. Suelen nutrir sentimientos negativos hacia su persona. Desisten precipitadamente delante de las dificultades. Se dan por vencidos rápidamente y sienten que dependen de los otros para realizar tareas o actividades que pueden hacerlos solos.

Sienten que NO son capaces de aprender, que no tienen posibilidades de lograr sus tareas. Su visión de la vida está en buscar constantemente ayuda o de rechazarla cuando realmente las necesitan. Aquí, en el fondo, es una búsqueda de reconocimiento desde la incapacidad.

Tienden aislarse y ser indecisos. Presentan un comportamiento pasivo y temeroso.

En los niños pequeños

Los niños pequeños son muy susceptibles a las opiniones de otros niños y adultos, principalmente de sus padres. Cuando se les dice repetidamente que son de una manera X, ellos se lo creen.

Si a un niño se le dice que no es bueno lo más probable es que este niño construya una imagen fijada de aquello que le falta.

Por otro lado, situaciones en que los padres no participan activamente en la crianza o por la falta de atención al niño esto puede causar un problema de autoestima en sus hijos.

Igualmente, se necesita estar más atentos al hablar con ellos y mostrar actitudes congruentes. Hacer contacto con la mirada del niño al comunicarnos es una actitud congruente que muchas veces se deja pasar porque estamos ocupados o con prisa.

Muchas de estas actitudes son reproducciones “automáticas” de lo que vemos y oímos del mensaje de nuestros propios padres, y no es de extrañarse que se reproduzca de una generación a otra.

Ejemplo: padres que no contactaron con la mirada de sus hijos = jovenes que no saben mirarse. Padres que no supieron hablar con sus hijos = hijos que de adultos no sabrán escuchar.

Fomentando la autoestima en los niños

Pensando en eso, he aquí algunas ideas básicas que pueden guiar a los padres en fortalecer el sentido de la autoestima del niño que considero bastante instructivo y que han sido bien sintetizados por Violet Oaklander, psicóloga infantil:

  1. Escuche, reconozca y acepte los sentimientos de los niños.
  2. Trátelos con respecto. Acéptelos como son.
  3. Sea honesto con ellos.
  4. Emplear mensajes de tipo “yo” en lugar de mensajes de tipo “tú”: “Me siento molesto por el ruido que haces”, en lugar de “Tú eres muy ruidoso”.
  5. Sea específico con sus críticas, ejemplo: “este cuarto esta desordenado” evitando decir “Tú eres un desordenado”
  6. Motivarlo a que tome decisiones sobre su vida, respetando sus sentimientos, necesidades, voluntades y su propia sabiduría.
  7. Déjarlo experimentar, perseguir sus propios intereses, ser creativo o no-creativo.
  8. Sé un buen modelo – piensa bien sobre ti mismo, haz cosas por ti y para el.
  9. Comprenda que es bueno tener gusto de sí mismo. Es bueno sentirse satisfecho con los logros. Es bueno encontrar placer en las propias cosas

Autoestima en la adolescencia

La adolescencia representa un periodo crítico para el desarrollo del autoconcepto. Desde los cambios físicos del cuerpo hasta la “crisis de identidad”, el adolescente pasará inevitablemente por una reorganización crítica de su manera de apreciarse con el consiguiente desarrollo en su autoestima.

Es natural, en esta etapa, una inestabilidad en lo que se refiere a la autoestima. Puede ser un problema cuando se vuelve constante en su vida y frente a sus relaciones, pues la autoestima es uno de los recursos más valiosos que puede disponer un adolescente para hacer frente a todos los cambios.

Así, cuándo se observa una baja autoestima que afecta la calidad de vida de un joven, es importante buscar ayuda psicológica de un profesional que pueda identificar las causas y la mejor forma de tratar el tema.

Los 3 tipos de autoestima adolescente

En la adolescencia existen tres tipos de autoestima.

El primero que se identifica por su actuar, su conducta lo valida. Aquí el adolescente se deja llevar, pone el cuerpo por los demás, espera ser reconocido por sus acciones y se hace valer por un comportamiento demostrativo. Un comportamiento condicionado al actuar que se vuelve contingente a logros importantes para los otros. Esto se vuelve un problema cuando se intenta tener el reconocimiento de forma negativa porque se valora a través del éxito o fracaso.

El segundo tipo de autoestima se forma cuando se es validado por las cosas que se tienen. Esta es una manera de proyectar sus necesidades afectivas en el objeto. Es una imagen que pierde consistencia con el tiempo y los compañeros solo se interesan por esto y no por la persona.

La tercera manera en que se puede desarrollar la autoestima, considerando que es la más adecuada, es quién se identifica por lo que “Es”. Es un reconocimiento personal relacionado con sus valores, creencias y opiniones que se tengan.

¿Cómo los padres pueden ayudar a infundir la autoestima de sus hijos adolescentes?

Primero, los padres necesitan entender que contribuyen a diario, sin saberlo, en el desarrollo de la autoestima de sus hijos por medio de sus palabras y sus acciones. Aquí, les comento maneras de fomentar la autoestima en hijos adolescentes:

  • Critique cuando sea necesario, pero de forma constructiva: cuidando las palabras ofensivas.
  • Incentive la toma de decisiones: es importante estimular que sus hijos decidan por sí mismos, escojan de acuerdo con sus gustos y aspiraciones, siempre y cuando no se expongan demasiado.
  • Elogie a su hijo no solo por los logros sino también por los esfuerzos: incluyendo las ocasiones en las que no obtiene los resultados que desea.
  • Estimule a los jóvenes a que cultiven sus talentos e intereses: Apoyar a su hijo a buscar su pasión, hacer deporte, desarrollar un talento natural son formas positivas de construir su autoestima y explorar su identidad.

Saber cuando buscar ayuda

La autoestima es un indicador de la salud emocional y mental de niños y adolescentes. La baja autoestima puede ser solo la punta del iceberg de otros problemas a nivel emocional. Es importante que los padres estén atentos y busquen acompañamiento psicológico cuando observen la intensidad y la frecuencias de las conductas.

En Espacio Vida, contamos con profesionales con mucha experiência y compromiso con la atención clinica. Aquí te dejamos más información sobre la terapia en niños y adolescentes.

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