En los últimos años, el acceso ilimitado y el uso excesivo de las redes sociales han provocado cambios significativos en la salud mental de las nuevas generaciones; Los adolescentes, en particular, corren el riesgo de dejarse influenciar y de no encontrar formas seguras y asertivas de expresarse con los demás. Se estima que el 21% de los jóvenes está en riesgo de desarrollar adicción a las nuevas tecnologías, según información publicada por el periódico.El País.
El uso excesivo de las redes sociales en los adolescentes puede tener diversos efectos, como baja autoestima, comportamiento antisocial, ansiedad y depresión. Además, puede generar una creciente dependencia a las pantallas, que en algunos casos puede derivar en una adicción.
Hoy en día, un adolescente suele tener más «amigos» en sus contactos de Facebook, Instagram y WhatsApp de los que realmente conoce. Esto se debe a que las relaciones virtuales han distorsionado la esencia del contacto humano, que implica estar presente con el otro, aquí y ahora, cara a cara.
En EE. UU., los casos de ansiedad en niños y adolescentes han aumentado un 20%. Según este artículo, las redes sociales son la principal causa, ya que imponen una gran presión en los adolescentes sobre su imagen y la cantidad de «me gusta» que reciben.
Las relaciones virtuales no se basan en compartir un espacio físico con el otro, sino en la interacción a distancia, donde cada individuo permanece en su propio entorno, en un lugar cómodo y apartado de los demás.
Es cierto que Internet es un espacio virtual que facilita el intercambio de información, acorta distancias, mejora la comunicación y sirve como herramienta de consulta. Pero para los adolescentes, estos códigos virtuales representan una forma de sentirse comprendidos, aceptados e integrados en un grupo.
Sin embargo, mientras que para algunos las redes sociales pueden ser un espacio de apoyo y socialización, para otros pueden convertirse en un refugio para ocultar la depresión, sentimientos de inadecuación y una constante comparación social, lo que puede afectar la imagen corporal y el autoconcepto.
Es común que muchos adolescentes se sientan incapaces de gestionar sus emociones frente a los demás, lo que dificulta sus relaciones interpersonales y el desarrollo de sus habilidades sociales.
Para un adolescente un espacio grupal puede ayudarlos a desarrollar sus capacidades y habilidades sociales. Esto puede ser un grupo de adolescentes, un espacio en el barrio, el colegio, entre otros. Al interactuar con los demás, el grupo genera sensaciones y emociones que les permiten aprender a adaptarse, fortalecer su competencia social, reducir la ansiedad en determinadas situaciones, mejorar su autoestima y, sobre todo, construir una identidad propia a través del sentido de pertenencia.
Cuando esto no ocurre, la identidad se vuelve difusa, y no hay coherencia entre lo que se siente y se desea. En este sentido ellos quedan atrapados en un mundo de imágenes, fantasías e ilusiones.
De esta manera, el uso que un adolescente hace de las redes sociales puede volverse problemático cuando la cantidad de tiempo y la forma en que las utiliza comienzan a afectar su sano desarrollo interpersonal.

¿Cómo reconocer si las redes sociales están teniendo un impacto negativo en los adolescentes?
Preste atención a las siguientes señales: cambios en el estado emocional, baja tolerancia a la frustración, reducción de las horas de descanso, dificultades para dormir y para cumplir con sus responsabilidades diarias.
Cuando todo gira en torno a lo virtual y el adolescente solo se siente seguro en ese entorno, eventualmente pueden surgir sentimientos de soledad y dificultades de adaptación.
Es importante recordar que toda relación social implica un proceso de acercamiento, que comienza con la necesidad de contacto y la voluntad o interés de relacionarse con otros, hasta llegar a sentirse parte de un grupo.
Si bien las redes sociales facilitan la conexión a distancia, también pueden interferir con el proceso natural que todo adolescente necesita para desarrollar sus propios ritmos y tiempos para sintonizar en las relaciones sociales. Construir la personalidad implica aprender a interactuar con nuevas personas, algo que no puede reemplazarse a través de una pantalla.
En un contexto social, es responsabilidad de los padres fomentar oportunidades para que sus hijos formen amistades y aprendan, especialmente en lo referente a gestionar sus emociones en la interacción con los demás.
En la actualidad, han surgido nuevas problemáticas conductuales debido a la falta de control sobre el uso de Internet, la dependencia psicológica de estar constantemente conectado y la dificultad para establecer límites en el mundo virtual.
Para los padres, mediar el uso de las redes sociales, los teléfonos inteligentes, las tabletas y las computadoras por parte de sus hijos representa un gran desafío.
¿Cómo pueden los padres ayudar a sus hijos a gestionar el uso de los medios virtuales?
- Establecer límites de tiempo y horarios de uso: un adolescente no debería pasar más de 4 horas al día frente a una pantalla.
- Mantener una comunicación constante sobre el tipo de uso y el contexto en el que interactúan con sus pares en el mundo digital.
- Enseñarles a cuestionar el contenido en redes sociales e Internet, explicando que no todo lo que ven es necesariamente cierto.
- Fomentar una planificación equilibrada del tiempo, incluyendo actividades fuera de la pantalla, como salidas con amigos, deportes y actividades al aire libre.
- Incentivar la participación en espacios que fortalezcan los vínculos sociales y grupales, como deportes, clubes de intereses, grupos de adolescentes, voluntariados y otras actividades comunitarias.
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