«En la terapia Gestalt, el contacto con uno mismo y con la vida es un pilar fundamental del humanismo. En este artículo, exploro la importancia del contacto desde mi perspectiva como psicoterapeuta gestáltico.»
«El contacto es un encuentro con el otro que da orden a nuestra realidad percibida. Facilita la proximidad, la inclusión y el sentido de pertenencia a un colectivo, permitiéndonos sentirnos parte del todo.»
«El contacto siempre ocurre en doble sentido, ya que toda relación es bidireccional. No es estático, sino un flujo constante de movimiento, un ir y venir de adentro hacia afuera.»
El contacto permite a cada persona encontrarse con el mundo exterior y experimentar su conexión con él.
El contacto con el entorno facilita el aprendizaje de la vida y la convivencia en sociedad, ayudando a afrontar situaciones complejas. Además, el contacto previene la sensación de vacío que surge en los límites del contacto. Cada persona se nutre mentalmente del contacto de su entorno, encontrando cercanía y contención en él.
El contacto es tanto un fin en sí mismo como un camino hacia algo más. Surge de una acción sentida que nos permite experimentar el mundo. Puede convertirse en apego cuando recibimos calor, cariño y protección (nutrición afectiva), lo cual, en muchos casos, es más esencial que el alimento físico.
«El psicólogo Harry Harlow realizó un experimento para comprobar la teoría del apego de Bowlby. En este estudio, a los monos bebés se les ofrecieron dos ‘madres’: una de alambre que les proporcionaba leche y otra de tela, sin alimento, pero que les brindaba calidez y sensación de acogida.
¿Adivina con cuál de las madres los monos prefirieron estar?
Con la que no les ofrecía leche, pero sí acogida. Este famoso experimento demostró que el apego, al brindar cobijo, suavidad, calor, cariño y comodidad, influye profundamente en la vida afectiva. Proporciona seguridad, equilibrio, vitalidad y ayuda en la regulación emocional. (aquí)
En muchas ocasiones, la nutrición afectiva a través del contacto es aún más importante que una alimentación adecuada.
El contacto tiene un atributo único que las palabras no siempre pueden expresar y es:
La conexión con el momento presente. El ‘aquí y ahora’ brinda a la mente una estructura temporal, una ubicación real donde ocurren las experiencias. Lo que permite tomar conciencia de lo que se vive y se experimenta a nivel emocional.

Conectar es un hábito inconsciente y una necesidad implícita del Self. Es una sensación interna que responde al impulso natural de autopreservación, esencial para la conservación y supervivencia de todo organismo.
Vivir en las fronteras del contacto, donde el contacto es insuficiente, puede bloquear la mente y activar mecanismos de defensa. Esto dificulta la identificación de sensaciones y, cuando una necesidad no se reconoce, no puede haber una acción para satisfacerla.
La clave del desarrollo personal es aprender a formar figuras, es decir, identificar nuestras necesidades para poder contactarlas y satifacerlas. Toda recuperación humana requiere contacto humano, ya que solo a través de la conexión podemos crecer y avanzar.
Las sensaciónes de soledad suele estar vinculada a la falta de contacto, afectando el bienestar emocional.
El uso de la tecnología es un arma de doble filo: porque bien puede acercarnos a quienes están lejos, pero también alejarnos de quienes tenemos cerca.
Hay que considerar que el uso excesivo del tiempo online nos sumerge en un ‘no espacio físico’ que limita el contacto y el encuentro con él otro y que junto con la tecnología nos hace vivir en una contradicción en la manera de sentir y de relacionarnos.
Por todo lo dicho:
La necesidad de contacto en el ser humano es esencial y trasciende a través de las generaciones, influyendo profundamente en su desarrollo, bienestar y forma de estar en el mundo.
¿Te gusto este artículo? Déjanos tu comentario abajo o escríbenos por correo: consultas@espaciovida.pe