Terapia psicológica en niños: Descubre cómo puede ayudar a tu hijo

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La terapia psicológica en niños tiene beneficios poderosos y duraderos cuando el niño recibe una atención profesional de calidad y los padres están comprometidos en buscar la salud emocional de su hijo.

En ese artículo queremos brindarte una guía de como la psicoterapia infantil puede ayudar niños, adolescentes y a sus familias en tener una vida más feliz, equilibrada y armónica.

Promover un cambio en la personalidad y desarrollo de un SER en formación que tendrá un impacto positivo por toda la vida es uno de los beneficios de la psicoterapia en niños. Cuanto más temprano se empieza el trabajo terapéutico, más rápido y eficaz es el resultado.

Al tratar los síntomas del niño por el motivo de consulta de sus padres, lo que se buscan es favorecer el desarrollo emocional y psicológico del menor, a su vez es ayudar a que las sensaciones de malestar con las que se conviven en la familia del paciente puedan aplacarse.

A diferencia de los adultos que son más secuenciales para decir sus problemas o conflictos y tratarlos directamente, el niño expresa sus sensaciones de malestar a través de síntomas emocionales, físicos y con desajustes en sus relaciones interpersonales.

Por ejemplo; ya no tienen interés en escuchar al profesor, ya nos les gusta estar con los amigos de siempre, se interesan en hacer otras cosas que no se relaciona con lo que hacían antes o simplemente se les ven distintos en lo que que hacen.

En psicoterapia lo que realizamos es ofrecer una base segura hecha de confianza por el vínculo, congruencia en lo que ofrecemos para darle un sentido, soporte emocional para sostener las crisis y continuidad que el menor necesita para poder abrirse y soltar lo que siente.

Solo así sus síntomas que se ven en sus comportamientos y actitudes podrán cambiar.

Toda psicoterapia se enfoca en el desarrollo del Ser humano, desatando atavismo y que el paciente sin importar la edad logre un equilibrio o autorregulación emocional que le permita sostenerse en situaciones conflictivas o cambiantes que la vida tiene.

CÓMO ES LA TERAPIA EN NIÑOS

Algunas sesiones demandan la participación de uno de los padres o de los dos, pero en su mayoría suelen ser apenas con el niño.

En la terapia en niños se trabaja desde el lúdico, para que la sesión sea atractiva e interesante para ellos.

Dibujos, juguetes, caja de arena, música y arte son recursos eficaces y profundos para tratar los temas íntimos, abrumadores, conflictivos y traumáticos que puede pasar un niño.

Neurocientificos como Jaak Panksepp, Stephen Porges y Bruce Perry tienen demostrado la importancia del jugar para el desarrollo del sistema nervioso en niños y por lo tanto, es una importante herramienta terapéutica.
Siempre creo que jugar es la menor manera de promover cambios en niños y cuando explico a los padres los beneficios que esa simple actividad suscita, estos empiezan a ver lo que sus hijos hacen de otra manera.

El jugar es el lenguaje del niño, el puente entre la fantasía y la realidad. En los dibujos y juegos vemos la representaciones de como el pequeño percibe su mundo interno y externo, y como se relaciona con eses elementos.

El jugar ayuda a los niños (y hasta los adultos) a curarse de la experiencias dolorosas mientras desarrollan autorregulación (capacidad de gestionar a nuestros sentimientos, emociones, sensaciones y pensamientos frente al nuestro sistema de vida) y empatía (capacidad de ponerse en el lugar del otro).

La siguiente lista es una adaptación de la hecha por Peter Levine (un gran experto en trauma) y Maggie Kline en su libro “Trauma through a child´s eyes” que nos sirve como una importante guía para identificar señales de alerta:

EN QUE PUEDE AYUDAR LA TERAPIA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES

El objetivo de la psicoterapia en niños es fortalecer la personalidad fomentando sus recursos internos y ayudarlo a crear otros, propiciándole un ambiente de expresión con su mundo interno que lo dirija a un estado adecuado de salud y bienestar.

Abajo indicamos algunos de los problemas más comunes en los niños y adolescentes que pueden ser trabajados por la psicoterapia.

1) Problemas de Conducta:

En algún momento de su vida, un niño y adolescente va presentar cambios de conducta de mayor o menor intensidad. Muchos de los problemas de conducta suelen ser la manera que el niño o adolescente encontró como expresar su incomodidad, emociones y sentimientos contradictorios o no resueltos, o por algún conflicto que no están sabiendo cómo manejar.

No son pocas las situaciones en que el conflicto no es algo consciente, es decir, algo que el menor sabe o se da cuenta que está pasando. Así, la terapia puede ayudar a determinar la causa, trabajar los sentimientos subyacentes, haciendo que el comportamiento que antes tenían y no era apropiado, ya no sea más necesario. Una vez que el niño puede comprender sus emociones y estar conscientes de si mismo y de su entorno, puede encontrar mejores maneras de expresarse.

2) Control de los impulsos:

Un niño en desarrollo actua por sus impulsos una vez que no ha desarrollado la capacidad de controlarse, eso es un aprendizaje que tendrá por sus experiencias de vida. Diferentes situaciones como; ansiedades de separacion, miedos despropocionados, tension, pueden afectar ese autocontrol y una ayuda profesional es necesaria para que llegando a la adolescencia no sientan la necesidad que tenerlo todo bajo control.

3) Manejo de las emociones:

Los niños y adolescentes aún están aprendiendo a cerca de las emociones, los sentimientos y como expresarlos. Puede ser un desafío identificar sus sentimientos, poner nombre a sus emociones o comprender porque se sienten como se sienten. Para poder manejar las emociones es necesario conocerlas, nómbralas, entenderlas, para entonces aprender la mejor manera de exprésalas. Toda buena psicoterapia pasa por ese aprendizaje tan necesario e importante en nuestras vidas.

4) Ansiedad y depresión:

Los trastornos de estado de ánimo pueden afectar también a niños y adolescentes, pero tienen síntomas distintos de presentarse entre adultos y niños o adolescentes. Pueden manifestarse como síntomas físicos, fatiga, dolor de barriga, dolor de cabeza, alergias, irritabilidad, enfado, pérdida del placer por actividades que antes le gustaba. Algunos niños no comunican sus preocupaciones, miedos y sentimientos o no parecen estar tristes o ansiosos y, por lo tanto, los síntomas pueden pasar desapercibidos.

5) Agresividad y Rabietas:

Comportamientos agresivos y rabietas cuando en intensidad y cantidad exagerada puede resolverse a través de la terapia. Es necesario entender que está creando ese comportamiento, la dinámica familiar, las emociones de los niños y padres para construir un modelo de intervención efectivo que puede incluir un número de sesiones individuales con el menor y orientación a los padres.

6) Tolerancia la frustración:

Un importante indicador de salud emocional es la capacidad que tenemos de tolerar la frustración; esa capacidad es la que va a definir si podemos manejar bien las adversidades para poder encontrar otras formas (sanas) de obtener lo que deseamos. Esa habilidad que debe ser desarrollada en la infancia es algo que suele ser difícil para muchos niños y padres que pueden encontrar muchos beneficios con la ayuda de un psicólogo especializado.

7) Procesos de cambios (en la familia, en el ambiente, en el colegio, etc):

Los cambios son momentos importantes y significativos en la vida de cualquier persona. Para los niños, algunos cambios suelen ser difíciles de sobrellevar y pueden necesitar ayuda especializada para ayudarlos a ajustarse a la nueva realidad de manera tranquila, armónica y sana. Puede ser una separación, un cambio de colegio, de casa, de ciudad o mismo de país. Otras situaciones son pérdidas, lutos, padres que ya no viven con el niño, etc.

8) Separaciones de los padres:

Una separación puede afectar un niño de diferente maneras, pero eso va a depender de la edad del menor, nivel de madurez, relación con ambos padres, si la separación fue o está siendo conflictiva y la manera como estos padres están manejando la situación entre ellos y con los hijos. A veces, el hijo puede necesitar un tiempo para elaborar la ausencia de uno de los padres o tener dificultades por el mencionado anteriormente, en esos casos la terapia puede ayudarlos a manejar el cambio de la mejor manera y preservar la relación con ambos padres. El objetivo aquí es hacer de ese difícil periodo, un momento para mejorar la comunicación, trabajar los sentimientos a cerca del suceso y re establecer el equilibrio en la nueva configuración familiar.

9) Inseguridad y retraimiento:

Comportamientos inseguros, temores, falta de confianza en uno mismo, no sentirse seguros sin la presencia de los padres, dificultades de socialización y de hacer amigos, pueden ser algunos signos de los niños con inseguridad. Suelen causar sufrimiento en niños y angustia para los padres. La terapia para niños es un medio de lograr el bienestar, la seguridad y confianza personal que necesitamos para un desarrollo sano.

10) Desórdenes alimenticios:

Desde rehúsar comer a comer compulsivamente, los desórdenes alimenticios están cada vez más frecuentes en nuestra sociedad. En los adolescentes se eleva el índice de problemas como anorexia y bulimia. La relación que tenemos con la comida es algo muy importante que tiene influencia en otros aspectos de nuestra salud emocional. En estos casos la ayuda de profesionales especializados es indispensable (en muchos casos es necesario un equipo multidisciplinario).

11) Problemas de aprendizaje:

Muchos problemas de aprendizaje tienen una causa emocional que debe ser investigada y tratada. Suele ser común que el niño o adolescente exprese su necesidad de ayuda a través de falta de atención, concentración, desinterese por los estudios, dificultades académicas y otros. Esto suele ser el indicio más claro que algo no está bien. Los padres deben estar siempre atentos a cambios de comportamientos y dificultades escolares.

12) Miedos:

Sentir miedo es una condición humana de protección y supervivencia. Sin embrago, por más que sentir miedo sea una etapa por la cual todos los niños sienten, algunas situaciones merecen una atención especial y cuidado especializado. Miedos exagerados de quedarse sólo, a la oscuridad, de monstruos, a la muerte de los padres, de que algo malo le pase o una persona cercana puede ser el síntoma de una cosa más grande que necesita ser tratada para una mejor calidad de vida. Cualquier miedo que empiece a impedir las actividades cotidianas del niño y de la familia, deben ser investigadas.

13) Baja autoestima:

La baja autoestima afecta a un gran número de niños y adolescentes en todo el mundo y muchas pueden ser sus causas. También puede estar relacionada a otros problemas o trastornos. De manera que cuidar la autoestima es lo mejor que un padre puede hacer por su hijo, niños con buena autoestima suelen tener una desarrollo sano, buenas capacidades sociales y relacionales, e intelectualmente enfocados con lo que quieren. Tiene mas facilidades de eleguir, disernir y no dejarse llevar por los demas.

14) Celos:

Celos infantiles entre hermanos, por el padre y por la madre son temas comunes en diversas familias. Muchas veces los celos suelen ser muestras de vinculos ambivalentes y obseciones por no saber vivir en el desapego En algunas situaciones como estas u otras, el soporte de un psicólogo ayuda mucho al niño en elaborar sus sentimientos, mejorar su conducta y orientar a los padres de que hacer en determinadas situaciones.

15) Hiperactividad:

Niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) también necesitan de acompañamiento psicológico además de otros tipos de terapia o intervención. Por que no en todos los casos un comportamiento hiperactivo es causa de un problema neurológico sino más bien puede tratarse de una sobre-activación afectiva motivado por sensaciones de ansiedad o asuntos emocionales que provengan de la familia. La intervención más adecuada es comprender cual es el orden en la familia para que la energía emocional del amor y los afectos fluya equilibradamente en el sistema familiar.

16) Enuresis y Encopresis:

Algunos cuadros de enuresis y/o encopresis pueden tener una causa emocional que puede ser fácilmente tratada por un psicólogo. Los síntomas del niño siempre tienen un significado y están relacionados con el conflicto interno o externo que están viviendo, mismo que ello no sea aparente. Un psicoterapeuta infantil puede identificar la causa, trabajar con el niño el conflicto y ayúdarlo a recuperar el equilibrio físico y emocional. Igualmente es importante el envolvimiento de los padres, cambiando también su forma de estar con el niño y manejar la situación, cuando es necesario.

17) Auto agresión:

Se vuelve cada vez más común el comportamiento de auto agresión. Entre los adolescentes aumentan los casos “cutting” que consiste en cortarse la piel con una navaja u objeto afilado. El dolor físico es causado para generar un alivio a un dolor emocional y esa es la única forma que la persona encuentra para sentirse mejor. Es fundamental estar atento a esa práctica en los niños y adolescentes y buscar ayuda inmediata. Puede estar relacionado a cuadros de depresión, ansiedad, estrés, aislamiento y problemas relacionales.

18) Experiencias traumáticas:

En casos de experiencia traumáticas los síntomas pueden ser variados (como cualquier uno de los citados arriba) y difíciles de percibir. Pero las consecuencias pueden ser enormes y perdurar por toda la vida. La mejor opción es trabajar en la prevención de síntomas severos a través de la psicoterapia.

19) Bullying:

También conocido como “acoso escolar”, esto es un tema bastante comentado y debatido en los últimos tiempos. Es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal y físico de forma reiterada. En casos como esto, es necesario un trabajo en conjunto con el colegio y los profesores. El bullying afecta la autoestima, el desempeño academico, todas las relaciones interpersonales futuras y el desarrollo de niños y adolescentes y, por lo tanto, es un tema que merece nuestra atención y cuidado.

20) Sexualidad:

La sexualidad en los niños y sobre todo en los adolescentes es una muestra de madures psicológica y de maduración del mismo organismo. La sexualidad empieza con la importancia del contacto desde que uno es bebe donde se inicia la sexualidad y luego aparece en la adolescencia. Comprender como fueron los afectos recibidos y el contacto corporal como fuentes de placer o displacer desde los padres, es parte de ir comprendiendo la formación de un tipo de sexualidad.
Cuando un adolescentes llega a la juventud y elegir y disfrutar con su cuerpo es un problema para la intimidad, tener noviasgos violentos al no saber como recibir amor y cariño es un motivo para tratarlo en terapia con un especialista que lo ayude a ordenar, organizar y reconocer lo que siente.

Para tener presente:

Existe una grande variedad de problemas y situaciones en las cuales los padres e hijos pueden valerse de la ayuda de un psicólogo especialista en niños. Hemos intentado citar algunas de las situaciones más comunes en nuestra práctica clínica e incentivar las personas que pueden estar enfrentando desafíos, a buscar ayuda especializada.
Por estar en una etapa de desarrollo los niños suelen responder rápido a la terapia y pueden obtener cambios importantes, observando que para eso son necesario otros factores como el envolvimiento de los padres en su tratamiento y su entorno.

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