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Consecuencias de la violencia doméstica en la identidad del adolescente

Tabla de contenido

Cuando se vive en un hogar violento y disfuncional las consecuencias son devastadoras, principalmente para los niños y adolescentes que están en desarrollo. Simplemente presenciar la violencia puede tener efectos perjudiciales sobre su bienestar psicológico.

El impacto a este nivel de desenvolvimiento moldea la personalidad y la manera de relacionarse el joven o futuro adulto.

En este artículo vamos explorar los efectos de la violencia doméstica en adolescentes

Familias Violentas

La Violencia doméstica se caracteriza por maltratos físicos, verbales, emocionales o/y psicológicos. Se puede presentar de maneras distintas como negligencia, golpes, humillación, maltrato psicológico, insultos, intimidación, coacción o manipulación.

Hogares disfuncionales crían adultos disfuncionales.  La violencia vivida y aprendida es pasada de generación a generación y se reproduce en la vida futura de los hijos. Jóvenes que observaron violencia en el hogar están tres veces más propensos en abusar del uso de drogas y alcohol, además de involucrarse en situaciones o relaciones violentas, sea como víctima o agresor.

Observar un evento traumático, como el caso de la violencia doméstica, les afecta tanto como vivirlas. Esto es lo que han descubierto los estudiosos en el campo del trauma.

La violencia trasgrede el proceso del desarrollo

La violencia es un contacto que rompe la relación con el otro, lo que también forma parte de un maltrato emocional o físico.

Cuando existe violencia domestica en la convivencia con los hijos, la relación con ellos se vuelve susceptible a efectos emocionales, principalmente en niños. Que son forzados a crecer rápidamente, a NO poder entregarse a la debilidad, la ternura o la fragilidad de toda infancia.

Niños y adolescentes en esta situación pueden aprender que en las relaciones familiares la violencia es aceptable, que así se vive en amor y estos tipos de cosas se vuelven confusas.

Su proceso de desarrollo se queda interrumpido o bloqueado. Una situación así lleva a cultivar dentro una aspiración a responder la violencia con la misma vehemencia y fuerza con la que fue sometido.

Los adolescentes internalizan la agresión

La violencia domestica llega a ser tan amenazante para los miembros de una familia que termina guardándolo dentro suyo como un ataque; Y la agresión es una forma de expresar lo sentido. Cuanto más fuerte y constante se de la violencia, los hijos acaban agotados volviéndose victimas de nuevo, sin saber defenderse. A falta de estructuras emocionales y por distorsiones cognitivas hacen lo mismo al identificarse con el agresor por el vinculo que tuvieron.

Ser victima u observadores de este tipo de violencia de manera cotidiana lleva a ir guardando frustración y entrar en un ciclo de violencia.

Es común que los padres no permitan que los impulsos agresivos aparezcan de forma abierta porque los adultos lo censuran, y de ahí aparecen los niños que retienen la agresión del OTRO dentro de si mismo convirtiendo al niño en excesivamente controlado o tenso.

Por otra parte la adolescencia es una etapa de muchas sensaciones de cambios que viene a ser un momento de transformación para el joven.

Cuando el adolescente convive con la violencia, toda la energía conservada en el cuerpo, le resulta difícil trasmitirlo en un contacto apropiado. Porque no podrá mirar los límites, NO se dará cuenta de lo que hace y cuando lo haga ya se habrá pasado de ellos.

En cambio un adolescente que se queda satisfecho con el contacto recibido no irá más allá con su agresión y no trasgredirá los límites, usará la fuerza en la misma dirección de la vida, no oponerse a golpe; Si algo va a caerse que se caiga. Es como ir aceptando la verdad de las cosas. Y no ir en contra de las personas.

La violencia lleva a la disociación

Un adolescente que atraviesa estas experiencias en un contexto familiar, deriva en sentimientos de injusticia en el plano social y al verse con la frustración ejercerá el poder de mantener el dominio y control de las personas.

Una persona en su desarrollo atraviesa por dos clases de procesos: uno privado y otro social. Cuando lo social y publico irrumpe o trasgrede la vida privada e intima, las personas en desarrollo como niños y adolescentes sufre una sensación de invasión tan grande que sentirán una tras-agresión de su espacio emocional – privado. Si esto es recurrente el adolecente no podrá organizarse interiormente, no lograra equilibrio en sus relaciones y atravesará por trastornos del desarrollo, por ejemplo problemas para dormir porque hay mucha agresión afuera, ansiedad generalizada, falta de autoconfianza y dificultades de competencias sociales.

Las agresiones provocadas por el miedo de la violencia domestica, induce en los hijos a una versión dramatizada de su mundo interior que va plasmándose a través de sus impulsos con acciones de aquellas sensaciones de mal-trato.

Cuando un adolescente empieza a construir su identidad bajo estos escenarios empieza a desdibujar su identidad social. (pérdida de identidad)  

Hay adolescentes que desarrollan una conducta antisocial porque atravesaron momentos de mucho dolor y para poder sobrellevarlo comenzaron hacer dos tipos de vida: la aceptada y la rechazada. Un ejemplo de esto es ver como las pandillas hablan con su vestimenta, sus dibujos, grafitis, actos tan extremos y opuestos de esta doble vida que llevan.

Existen diferentes tipos de violencia emocional y ser testigos de hostilidad, desprecio o amenazas es un tipo de mal-trato, esto queda en la mente del joven, que no llegara a trasformar las cosas de forma madura.

Estos trastornos tiene una base en la infancia, por adultos que no asistieron de manera segura al niño, por falta de atención de padres que han estado inmersos en un ciclo de violencia intrafamiliar o domestica.

En un sistema social – educativo su funcionamiento escolar será inadecuado, habrá fracaso escolar, bullying, actos vandálicos y abuso de sustancias. De adultos; se inclinara a las perversiones, carácter depresivo, conductas psicopáticas o antisociales. Y un intermedio de todo esto están las personalidades limítrofes o borderline.

Efectos de la violencia doméstica en adolescentes

La violencia doméstica a menudo es experimentada por niños y adolescentes como un evento traumático. De hecho, los expertos han descubierto que presenciar la violencia puede tener efectos tan graves como experimentarla.

Es considerado un trauma complejo o trauma del desarrollo, por tratarse de un tipo de trauma que no es vivido solamente una vez, pero repetidamente durante semanas, meses o años mientras el niño está en desarrollo. De este modo puede volverse una experiencia traumática crónica.

Según Peter Levine, un niño que ha sido testigo de una violencia en el hogar se queda peor que la propia víctima.  Es común el congelamiento y la sensación de desamparo, quizás pueden esconderse bajo la cama o ponerse contra la pared en un intento de volverse invisible. El resultado, son adultos que tiene miedo durante toda la vida de “ser vistos”. Para sobrevivir ellos necesitan estar inmobles, pequeños y en silencio.

Los niños y adolescentes que son testigos de violencia doméstica entre sus padres en forma regular corren el riesgo de desarrollar dos tipos de comportamientos internalizados o externalizados:

Síntomas internos

  • Aislamiento
  • Depresión
  • Disturbios somáticos (dolores de cabeza, dolores de estómago, etc.)
  • Autolesiones
  • Baja autoestima y sentimiento de culpa.
  • Trastornos de la alimentación

Síntomas externos

  • Irritabilidad
  • Comportamiento opositor
  • Acting-out
  • Manifestaciones de agresión
  • Usar la agresión como medio para llamar la atención.

Otros síntomas

  • Disociación
  • Trastorno de estrés postraumático
  • Ansiedad generalizada
  • Altos grados de estrés.
  • Abuso de sustancias y adicciones.
  • Deserción escolar y delincuencia
  • Problemas para dormir regularmente
  • Hiperactividad
  • Hipervigilancia
  • Regresión

Queda claro que la exposición regular a un ambiente disfuncional puede tener efectos duraderos y devastadores en los adolescentes, se no son tratados.

Como ayudar a un niño y adolescente a liberar su agresión 

Permitir al niño expresar con el juego, ayudará a refleja las expresiones reprimidas de la personalidad de forma abierta y directa e incluyendo lo reprimido sentido por la tras-agresión. En la psicoterapia infantil llevamos a que se exprese de forma creativa la agresión haciendo de esta un uso constructivo en el aquí y ahora, siendo parte de un antídoto que termine con la conducta que se reprime, se exprese y se trasforme. Este proceso creativo decodifica las experiencias pasada.

Un adolescente en cuanto se le permita el mejor modo de expresar su agresión de forma madura en el lugar y momento adecuado, logrará saber como usarla bien, sabrá manejarla, conocerá como se siente en el plano consciente, la energía no desaparecerá ni se reprimirá solo se transformará en una acción congruente con sus constructos mentales.

Trabajar la agresión del Si Mismo de toda persona es muy importante para que la persona salga fortalecida internamente con una sensación de realidad e integración ya que esto le va a permitir actuar en la vida. La terapia en adolescentes les ayuda a resignificar sus historias y eliminar los síntomas y comportamientos no saludables.

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