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Efectos del Duelo en los Adolescentes

Tabla de contenido

No nos libraremos de un dolor mientras no lo conozcamos hasta el otro extremo (Marcel Proust)

El duelo en adolescentes presenta algunas particularidades que deben ser comprendidas para ofrecer un adecuado soporte. De ser asi se sostendría el profundo sentimiento de tristeza, hasta poder elaborar la pérdida.

Los adolescentes al momento de atravesar la pérdida de un ser querido, suelen transitar por un luto parecido al del adulto. Sin embargo, sus efectos en su psiquismo son notablemente distintos. Al no ser un niño que pueda refugiarse en sus fantasias o un adulto que tenga la capacidad de regularse y contenerse, el adolescente se desorganiza facilmente desde sus emociones impidiendo enfrentar una nueva realidad.

La mente del adolescente tiene un cambio de paradigma inesperado en su línea predecible de vida que lo conectaba con el otro. Esto puede producir un trauma sino se le brinda el apoyo, la contención y la orientación adecuada y necesaria para sobrellevar por el proceso de duelo.

En situaciones de duelo, es común que el adolescente empiece con preguntas que exploren la información que recibe. El impacto de verse en esta situación podría vivirla de manera desconcertante. 

Hay que considerar que no siempre resulta posible estandarizar facilmente un proceso de duelo por que cada persona es un SER único que tiene características especiales. 

El duelo emocional del adolescente puede transitará por un ciclo de 5 etapas y que claramente expresan las emociones por las que irán conectando. 

  • Negación – dolor
  • Protesta – colera
  • Aislamiento – tristeza
  • Incertidumbre – miedo
  • Resolución o aceptación de la pérdida.

En algunas ocasiones los adolescentes pueden entrar en un duelo patológico al quedarse pegados en cualquiera de estas etapas por largos periodos de tiempo, para que esto no suceda dependera del de apoyo o red familiar que tenga, su nivel de desarrollo emocional, la calidad del vinculo que ha tenido con la persona fallecida y el tipo de figura que representaba el difunto para el adolescente.

Algunos ejemplos de preguntas que los adolescentes formular al momento de atravesar por el duelo:  

  • ¡Esto NO puede estar pasándome a mí! 
  • ¿Por qué nadie pueda hacer nada?  
  • ¿Si Dios existe, porque esto ha pasado? 
  • ¿Podré hacer esto YO solo? 
  • ¿Cómo voy a seguir como mi vida? 
  • ¿Qué vamos hacer con sus cosas? 
  • ¿Cómo vamos a vivir?  
  • ¿Podrá verme y oírme?  
  • ¿Estará en algún lugar?       

Estas son preguntas que evidencian su desconcierto. SIN EMBARGO el valor de la esperanza surgira al momento de ir sobreponiéndose a la perdida e ir creciendo a partir de esta situación.  

Cuando nos encontramos en un panorama como este, lo recomendable es construir una red de apoyo con la familia, los amigos y los especialistas en el campo de la psicología.

Hay que tener en cuenta que los EFECTOS DE UN DUELO en el período de la adolescencia marcan una notable diferencia en el comportamiento de cada joven, mas que en cualquier otra etapa de la vida.

Dentro de los comportamientos presentados en el duelo en adolescentes, se destacan los siguientes:

  • Manifiestan opiniones que atacan los principios de la VIDA.
  • Se molestan si estamos demasiado cerca ó demasiado distantes.
  • Pueden demostrar una desconexión con el AQUÍ y AHORA (momento presente)
  • Quizás asuman comportamientos arriesgados y un pensamiento desinteresado, pesimistas en sus cuidados y auto-protección, tales como: “Muchas cosas ya no tienen sentido..” “Ya todo me da igual..” “Ya no tengo mas que perder..”
  • Puede haber una alteración del ritmo de su vida al hacer las cosas, por la manera de ver su realidad y de sentir sus emociones.

Cabe decir que existen diferentes tipos de duelo para un adolescente esto dependera del tipo de figuras que se pierda y /o el momento que se viva. Por ejemplo, si un hijo hombre pierde a su padre quizás tenga la sensación de tener mayor responsabilidad de protección de la familia y reprimir sus emociones por demostrar fortaleza. 

En cualquier caso los adolescentes frente a una pérdida suelen percibirse y sentirse diferentes, como si algo en ellos ya no fuera igual. Sintiéndose extraños.

Algunos adolescentes podrían mostrarán un duelo patológico, como una indiferencia hacia los eventos de su vida, sentimientos de arrepentimiento por el tiempo perdido no disfrutado, otros apatía,  sensación de abandono y en algunos casos un vacío infértil donde sienten que no crece nada que puedan servirles de algo. 

Ante todo, hay que tener presente que la vida de un ser humano transita por las pérdidas y cambios que algunas veces son permanentes y otras transitorias PERO de cualquier forma es ser parte del dinamismo de una vida.

¿Cómo ayudar a un adolescente a transitar por la pérdida?

Abajo sigue algunos consejos que pueden ayudar a padres, familiares y profesores en auxiliar a un adolescente en proceso de duelo.

  • Hacerlos sentirse incluidos en las despedidas y todo lo que envuelve a la pérdida (los rituales según sean sus creencias).
  • Tener en cuenta la opinión del adolescente independientemente de lo que diga, haciéndolo sentirse valorado.
  • Favorecer el sentido de pertenencia al grupo, la familia o el colegio.
  • Ayudarlo a reconocer lo que se tiene AQUÍ y AHORA.
  • Mantenerle una rutina que NO genere preocupaciones, NI complicaciones para mantenerse ocupados.
  • Resulta importante que su mundo emocional sea validado. Desde la expresión de sus frustraciones, enfado y tristezas, porque son emociones auto-reguladoras en el organismo y así evitar depresiones crónicas.
  • No ofrecer mensajes represores para estas emociones, como “Tienes que ser fuerte o NO llorar por la familia”
  • Hablarles de nuestras experiencias a su edad, les ayuda mucho al sentirse comprendidos y no verse como extraños. Aunque ellos no lo acepten al principio.

Algunas situaciones exigen un mayor cuidado. En estas circunstancias, es importante que la familia pueda acudir a un psicólogo especialista en adolescencia y familia, para que pueda auxiliar el adolescente en su proceso, ayudarlo en un orden familiar para que el amor pueda fluir.

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